La estancia tiene una vegetación importante que nos invita a caminar por su jardines y observar las diferentes especies. Dentro del monte se disfrutan el canto de los pájaros. Este tipo de actividad puedes realizarlos durante las mañanas, y luego, el lugar te ofrecerá un almuerzo donde se sirven platos caseros.
La estancia tiene más de mil hectáreas destinadas a la producción agrícola, y si bien abrió sus puertas hace no mucho tiempo, la historia del lugar nos remonta a comienzos del siglo XX, cuando pertenecía a Justo Saavedra. Luego pasó por diferentes manos hasta llegar a la actualidad a manos de los Hardoy, quienes con mucho esmero hicieron de esta estancia un lugar único para pasar unos días a todo confort.
Todos los ambientes son amplios y confortables. Puedes aprovechar el tiempo leyendo excelentes libros en sillones mullidos.
La estancia tiene diferentes habitaciones, el cuarto de la Torre es uno de los preferidos, además de ser acogedor, con chimenea, escritorio y amplios espacios, tiene un balcón desde donde se pueden observar los jardines.
El ala izquierda fue construida en el año 1945 y sigue la misma línea arquitectónica. Acá encontraremos otras habitaciones. Pero si buscas otra alternativa, a pocos metros de la casa principal tendrás una casa secundaria con cinco cuartos.
Para que los chicos se diviertan se puede participar de las actividades de la estancia y realizar cabalgatas por la zona.
Los días calurosos son ideales para disfrutar de la piscina o un paseo en sus carruajes y excursiones de pesca a la laguna El Carpincho.
La estancia se encuentra sen la ruta 30 a 15 Km. de Cuatro Caminos.
Foto | Estancia La Brava