A partir del año 1976 el sitio era usado como centro clandestino de detención. Por lo menos 70 reclusos han logrado reconocer el lugar, que era llamado ‘Atila’. Aunque se cree que muchos más pasaron por el centro, pero lamentablemente no sobrevivieron para contarlo.
Eran épocas difíciles para el país, y no se hablaba ni se conocía mucho acerca del tema. Pero en el año 1978 cuatro hombres que se encontraban detenidos lograron escapar y grupos de operaciones cerraron el barrio buscándolos, afortunadamente no los encontraron. Esta fuga causó que el centro clandestino debiera cerrar y para borrar las pruebas, las fuerzas armadas ordenaron incendiar la mansión destruyendo todo su interior y quedando sólo las paredes exteriores.
Con el regreso de la democracia el lugar se convirtió en un polideportivo. La mansión se demolió en su totalidad (por los continuos peligros de derrumbe). En el año 2000 se creo en el lugar la casa de la memoria y la vida, en donde se instaló la Dirección de Derechos Humanos del Partido de Morón. Este fue el comienzo del Proyecto arqueológico Mansión Seré. Se encontraron muchas cosas, pero ningún tipo de restos humanos.
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