Claromecó se caracteriza por ser un paraje muy tranquilo y familiar, donde uno puede ir con sus hijos y disfrutar de anchas playas sin la necesidad de estar preocupado por su seguridad. Otro de los atractivos de Claromecó (ideal para los días frescos que no se puede ir al mar) es el arroyo Claromecó. Es un sitio ideal para bañarte y para pescar.


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Las aguas de Claromecó son cálidas (ya que las mimas provienen de una corriente marítima que se genera en Brasil), al tener el agua con esta temperatura muchas aguas vivas y medusas viven ahí. Este es un punto en contra, de hecho si uno sale a caminar por las mañanas cuando el mar esta ‘bajando’ es normal ver muchas aguas vivas que se quedaron estancadas. Otro de los puntos negativos son sus fuertes vientos, lo que hacen muchas veces imposible permanecer en la playa, por más sol que brille.
Su nombre tiene un origen araucano, “K’la-Rome-Có” que quiere decir triple agua. En sus principios la zona estaba habitada con los pueblos Puelches y Moluches, unos eran cazadores y los otros labradores.
Uno de los atractivos más importantes de la zona es su faro, el más alto del país y el segundo de Sudamérica. Mide 60 metros de altura y 268 escalones. Fue construido para que los buques no se acerquen a los bancos arenosos que hay en la región, esto les hubiera dificultado la posibilidad de navegar.
Uno puede visitarlo algunos días de la semana. El lugar se encuentra abierto y se permite subir hasta cierto punto de su trayecto, desde donde se puede ver toda la ciudad, los bosques que lo rodean y las amplias playas.
Foto | Faro Claromecó