En la Ciudad vemos como se van mezclando diferentes estilos arquitectónicos, cada uno de ellos representativos de una época especial. Casonas, museos, iglesias, bancos, teatros nos van mostrando como desde su fundación se iba construyendo una bonita y pintoresca ciudad, además de permitirnos ver las raíces de la colonización y lo que trajeron los europeo cuando inmigraron.


Para los más aventureros podrás recorrer la ciudad en bicicleta, nada mejor que hacerlo una tarde soleada de domingo donde el trajín de una ciudad muy concurrida se detiene para dar paso a los que, cámara en mano, buscan detalles para inmortalizar. No debes dejar de recorrer el Barrio de La Boca o San Telmo.
Como sucede con muchas ciudades, Buenos Aires en su comienzo solo estaba formado por una pequeña cantidad de manzanas a orillas del Río de la Plata, con el paso del tiempo y la aparición de diferentes medios de transporte la ciudad fue extendiéndose, seguido a esto aparecieron las diferentes avenidas, cada una de ellas fue representante de una temática distinta.
La avenida Corrientes se convirtió en sede de cafés, restaurantes, librerías y teatros, en la Avenida de Mayo (desde la Plaza de Mayo al Congreso de la Nación) se centro la arquitectura art Nouveau. En la década del 50 comenzó la construcción de la 9 de julio considerada la más ancha dentro de las ciudades. Cuando la 9 de Julio cruza con Corrientes vemos al Obelisco porteño y en la vereda de enfrente notamos una curiosidad, sobre un edificio se encuentra un chalet, un capricho de un empresario que llama mucho la atención.
Foto | Flickr